Friday, January 1, 2016

Ahi La Roja( Parte dos)




Ese día olíamos a  Caribe, a playa y cañitas donde Camacho,  La playa esta que de vez en cuando  se pone fría  cuando el Sol la estremece con su partida y obliga a   prender una fogata  para que la brisa nos cobre la mala noche, la deshidratación de la fiesta y el yodo y  los yaniqueques de la explanada llena de cueros y sankíes.  Era la Ciudad del caos donde despertamos y donde nos conocimos por la puta nieve.  Esta ciudad  nutrida de su luz oscura y nostalgia desmedida  que se dilataba con el tiempo, con el humo que sale de los agujeros de la calle  encima de los edificios y las ramas secas de los arboles que solo emanan tristeza. New York comenzó a llover nieve llenando . con una furiosa ira y un espesor que impedía   ser feliz ese día. Cerraron las escuelas, decidieron cancelar el concierto del Gonzales y de la opera, El cine y el restaurante chino donde me largaba a ponerle letras a sus  cancionesy pedirle a Felix que nos de una serenata . A Pesar de la tormenta  la llame; Parece que esperaba mi llamada,  al lado del pianito donde practica y de su ventana que no cierra bien y mete el frio de la ciudad más puta del mundo por cada poro se su piel  cochabambina. Caminamos, cuadras, siglos, aceras, brincamos destellos de nieve y no nos percatamos que el frio se metió en los pies, yo sin media, ella con el pelo suelto, sin maquillaje (para qué?) y ese culo que brota candela por donde pasa, bailando su ritmo, jodiendome la vida.  El restaurante era griego, un sitio de esos que solo sirven huevos y tocino, de esos que  no tienen nada romántico y de luces que eran las mismas de las novelas. Ella quedo tiesa mirando la nieve como si fuera el marl, yo no deje de mirarla  nunca, y nos quedamos en ese trance hasta que el viejo Moldovez nos irrumpió con el menú y dos vasos de agua curtidos de bocas. No pude aguantar y le pegue un beso que espanto no solo al mesero, pero a mis miedos y sus fantasmas, un beso que removio el calzo de la mesa coja del Restaurante y casi nos caemos. En mi boca se convirtió en santa, me fui de bruces y coincidimos en no comer,  en no ahogarnos   nada en alcohol . Me agarro de la mano como pincel y yo arrime mi cuello a su pecho como si ella habria leido mis intrucciones. Salimos a caminar la nieve como si fuera la playa en una ciudad vacía, repleta de nieve y sin autos amarillos que las adornan y la perturban. Fuimos a  amarnos, a comernos uno a los otros la piel y a cantar el amor que se siente cuando puedes entrar en el cuerpo de una mujer que amas. Ella cuelga sus  miedos  de mi  sesos y hace tu espalda  la esperanza. Yo la tocaba como una guitara de 12 cuerdas afinada, no pudimos despegarnos nunca, pero el tiempo se encargo de vencernos , le di otro abrazo mientras temblabamos, yo estaba aun débil pero con ganas de amarla, nos fundimos en otro beso y nos revolcamos otra vez como si nunca visitamos el amor. hecho un respiro profundo, yo atine a asomar mi cuerpo desnudo por la ventana , ella me acompaño y miramos la nieve  con el mismo placer del aquel Mar.

No comments: