Wednesday, May 25, 2011

Y Tampoco Quiero

Tengo la sensacion de no vivir mas aca , me di cuenta que no puedo vivir entre dos avenidas, con el ruido del carro de Ambiorix en la puerta de mi edificio, los polvos de la vecina de arriba y el “ Mi Cama huela a Ti” de la vecina del al lado. Ramon me espera para pedirme 10 dolares que nunca me ha pagado( me debe 130), Carlito quiere ayudarme a cargar dos bolsas del supermercado a cambio de escuchar sus historias de la cual quiere hacer un libro, una pelicula y un documental y el super cree que mi bicicleta ensucia el piso del pasillo. La calle no tiene arboles y la basura alimenta las ratas que salen desde los sotanos sucios de los edificios aledagnos. Avila lleva la vida de cada inquilino si excepcion, sabe cuando cambio de bici, de equipo, de novia, sabe cada que tiempo me afeito, cobro mi sueldo y cuanto debo del alquiler de mi apartamento. Yo hace rato que no quiero exixtir, no fisicamente, pues de aca me sacan muerto, pero socialmente no quiero exixtir. Ni tener carro, ni apartamentos, ni tarjeta ni cuentas de banco ni celular a mi nombre. Lo unico que quiero es perderme en mi bici sin la marca del reloj en mi munegca izquierda, sin los textos que hacen que me detenga a contestar preguntas necias de amigos que creen que no saben, de gente que se fija si ando a la moda o soy un loco a punto de recibir un cheque. Yo no quiero vivir aca, asi, quizas adopte una moto para andar el mundo con 5 pesos, quizas me presten una novia perfecta los tipo que son felices con ellas, quizas, quien sabe, cuando mi voz de 36 agnos se vuelva ronca, mi frente tenga agujeros, rayas y se cierren mis parpados por la grasa de mi cara, entonces ya no querre vivir aca, con tanto carro, tantas sirenas de ambulancias y policias, tanto borracho que veranean a la sombra del edificio y no se cansan de hablar de la pelota, de la politica o el ultimo reporte de la prensa. Yo quiero vivir, pero no aca,uquiero que el sol ilumine la sala, que mi apartamento no tenga tantas paredes y que pueda tirar mis pies cansados en el quisio de la ventana y no llorar, y no tener que demostrar quien soy a cada rato, ni tener que implorar a la del primer piso que me abra la puerta y no ponerme mas viejo con este sabor amargo que me quema.