Sunday, May 24, 2009

El Sol de la Habana II

De la Habana cuentan muchas cosas, de las putas hermosas que te saludan en el malecon, de las olas que golpean la pared de este a las 5 de la tarde y de la falta de libertad de los ciudadanos que habitan esta isla compartida. Agustin nunca penso ir a la Habana, era un lugar de tantos rumores negativos e historias que contar. El viaje no lo planeo siquiera, se sento en el teatro a ver el concierto de Omara con el ticket que consiguio un amigo enfermo, se paro de su asiento euforico de alegria que causaban aquellos cubanos que venian de la isla. "voy pa Cuba, voy a llenar una maleta de ropa y vendere lo que me queda de carro". Asi llego Agustin a la Habana, y recorrer el centro a ver tanta gente bailando de alegria, sin camisas a pesar de estar derrumbandose sus casas, de las sabanas blancas en los balcones de "Ayestaran" y las sonrisas de las negras que le retratan en Zanja."Andar por 23 muy relajado, te piensas que es Madrid y es el vedado, hay un mercado de helados, un hotel bien parado, un cine..rampa arriba,rampa abajo. Agustin quiso conocer la Habana,vivirla,grabarla solo en su mente y desde que piso el aeropuerto y su cabeza comenzo a sudar, se dio cuenta que no estaba en cualquier lugar. En La Habana no existen tantos vehiculos, las calles la comparten las bicicletas y algunos coco taxis que acelaran al lado de cualquier almendron cuando pasas por las filas del mercado y el camello te absorbe la vista con el humo y el sudor. A Agustin le contaron de la Habana que hacia calor, de los Helados del Coppelia y la fiesta del solar, de La Bodeguita del Medio donde Hemingway se alcoholizo con una bebida llamada mojito, Agustin cerro los ojos para grabar el calor,el olor y la sensacion de libertad de este de esta ciudad callendo a pedazos. a Agustin le advirtieron todo de la Habana, de las noche en el diablo Dun Dun y los conciertos del Delirio Habanero, del Pico Blanco y La Tropical(no tropicana), Agustin se entero de lo conciertos de la matinee y las filas para entrar al Payret los domingos a las 4 de la tarde,de los chinos que dicen "asere que ola" de los santeros de Baracoa y el azul de Varadero,de la goleta de regla y el Caballero de Paris, a Agustin fue advertido de los peligros de Centro Habana, de las operetas de Carlos Marx y los framboyanes del Paseo Del Prado, de Playa,Miramar,Cerro,Buenavista,Cayo Hueso y Marianao. A Agustin nadie le dijo que se iba a enamorar; Su amigo Jorge le recogio en el aeropuerto en un Chevrolet pintado a mano del 56 y de un abrazo se mezclaron sus sudores, le llevo a la Vivora y San Miguel y luego se metieron al apartamentucho de Jorge en la 12 con L cerca del Cine Chaplin en Vedado. La timba se le metio en la cabeza el primer dia en el Cafe cantante, el feeling de Elena entre humo y la oscuridad del Gato Tuerto, vio a la Bacallao en el Capri y reparo una bicicleta para andar la Habana sin camisa. A Agustin le advirtieron de las filas del supermercado, de la ropa de Le Maisson y los trios que cantan canciones de Polo Montanez en los bares baratos de Jesus Maria donde te emborrachas con dos Bucaneros. Agustin se enamoro de la Habana,de el tabaco y el cigarrillo de un peso, de la comida del paladar y el menu de los locales, de la palabra companero,ciudadano,sapingo,asere,ache,que bola,monina,achirru. se enamoro del concierto de Van Van en la Piragua bajo un aguacero,del golpe de cintura de una blanca de la Picota y la mirada profunda de aquella mulata que visita el patio del Hotel Nacional. Agustin no quizo irse nunca, y no le importaba tener que cambiar a los Yankees del Bronx ,por los Industriales de las Tunas, de vivir en un solar y subir agua con una polea, pero se tenia que ir, las semanas pasaron sin darse cuenta, sin dormir para caminar la Habana de madrugada cerca de Jalisco Park hasta llegar a la catedral y desayunar su ultima merienda en la Sociedad Francesa y devolverse por Zanja hasta llegar de nuevo al Vedado. Jorge lo acompano de reegreso al aeropuerto vistiendo la camisa que Agustin llevaba el dia que se encontraron en el aeropuerto, junto a el La mulata de los ojos verdes que habia conocido en la Piragua y media maleta de recuerdos. Dejo a jorge en la division de los que se van y los que despiden y volteo la mirada para asegurarles que iba a volver. Se sento triste en la hileras de sillones de la terminar,abrio su pasaporte para arrepentirse de no traer una camara y comenzar a adaptarse a la nieve de enero de Manhattan,de mover el carro y pagar los taxes de su empobrecido cheque. Agustin se paro de la silla y saco la cabeza por la ventana para ver a los que recien llegaban por el otro lado de la terminar, se paso la mano por la cabeza y volvio la mirada al reloj y su vuelo. No lo penso dos veces y apreto el pasaporte con la mano izquierda, salio de migracion con la excusa de ir a recoger algo a la cafeteria y persigui a Jorge, Agustin se quedo en la Habana y se enamoro del sol que le quemo la piel, dela mulata de los ojos verdes y la bicicleta que le engraso laparte derecha de sus pantalones.