Saturday, October 19, 2013

Cuando Canta Silvio.




No era tan pesado senora, eran solo unas horas echados a un sofa que olia a cenizas de cigarro viejo y unas cuantas manchas de vino que se perdian con la tela que sobra de su falda. Habia olvidado todo eso Senora,  el diagnostico era  olvido y la paz que  trajo este cuando se fue con bombos y platillos. usted no era un capricho, era la hermosura  que conquiste con el alma, llamandola desde adentro. Usted senora era la que colecionaba tipos que se volvían locos son su culo perfecto y esas tetas blancas con lunares que se parecian piedras imposibles de tragar. Me reuse a a ser uno de ellos , mi estrategia era retar su belleza, sus irresistibles labios y esa sonrisa que despues decubri era una especia de complejo de mujer bonita. Ahi cantaba Silvio, en los domingos de sol que no salíamos, para no alborotar al colectívo que nos veía felices Senora, que formabamos la pareja perfecta segun el DJ de aquel bar decaído que abrumamos con besos y abrazos. La vida es de colecionar recuerdos, malos y buenos  y con usted he tatuado cada melodía del  Silvio que no logro cubrir con Drexler ni Serrano. .Que vamos a hacer? Nosotros? perdon, usted ya hizo, yo todavia escucho a Silvio para que mi vocabulario se llene de colores, usted  ahora cocina,  va al cine mal acompañada los domingos y debe llamar al dichoso tres veces al día. Eso era peor que haberla perdido senora,  no quiero perder la imagen de mujer que llenaba de globos las noches de bares, que amargaba a cada idiota que le fraseaba palabras resbuscada, de llenar el basurero del baño de servilletas con numeros de telefonos, con ofertas de atletas millonarios y empresarios con mucho dinero. Yo solo tenia a Silvio y un orgullo que usted nunca se explicó, pero que le enseno que su belleza no era lo suficiente para amedrentarme, que sus ojos  que me derretian no llegaban tan profundo, que me gustaba si, todavia me gusta mucho , sobre todo los viernes de cine independiente, los sabados de bares oscuros y baratos porque yo no trabajaba y usted era una actriz de ocasión, los domingos soleados, donde cantaba el tal Silvio, ese que no me recuerda para nada que la he olvidado aveces, que se cuela de colores verdes y blancos, con tatuajes en el hombro y celos de la de Madrid que te compartia para que te bajases de aquella alfombra que no vuela. Ahora yo, despues de tantos años me dado a la tarea de ir a lugares extragnos, esos que usaba para impresionarte y adivina que? ahi , en cada esquina, en cada luz de neon y humo en la acera, en cada botella de vino que amarran mis costillas, ahi canta Silvio, entonces   yo,  
aunque  pude un dia, no he querido olvidarte.

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