No era tan pesado senora, eran solo unas horas echados a un
sofa que olia a cenizas de cigarro viejo y unas cuantas manchas de vino que se
perdian con la tela que sobra de su falda. Habia olvidado todo eso Senora, el diagnostico era olvido y la paz que trajo este cuando se fue con bombos y platillos. usted no
era un capricho, era la hermosura que conquiste
con el alma, llamandola desde adentro. Usted senora era la que colecionaba tipos
que se volvían locos son su culo perfecto y esas tetas blancas con lunares que
se parecian piedras imposibles de tragar. Me reuse a a ser uno de ellos , mi
estrategia era retar su belleza, sus irresistibles labios y esa sonrisa que
despues decubri era una especia de complejo de mujer bonita. Ahi cantaba
Silvio, en los domingos de sol que no salíamos, para no alborotar al colectívo
que nos veía felices Senora, que formabamos la pareja perfecta segun el DJ de
aquel bar decaído que abrumamos con besos y abrazos. La vida es de colecionar
recuerdos, malos y buenos y con usted he
tatuado cada melodía del Silvio que no
logro cubrir con Drexler ni Serrano. .Que vamos a hacer? Nosotros? perdon,
usted ya hizo, yo todavia escucho a Silvio para que mi vocabulario se llene de
colores, usted ahora cocina, va al cine mal acompañada los domingos y debe
llamar al dichoso tres veces al día. Eso era peor que haberla perdido
senora, no quiero perder la imagen de
mujer que llenaba de globos las noches de bares, que amargaba a cada idiota que
le fraseaba palabras resbuscada, de llenar el basurero del baño de servilletas
con numeros de telefonos, con ofertas de atletas millonarios y empresarios con
mucho dinero. Yo solo tenia a Silvio y un orgullo que usted nunca se explicó,
pero que le enseno que su belleza no era lo suficiente para amedrentarme, que
sus ojos que me derretian no llegaban
tan profundo, que me gustaba si, todavia me gusta mucho , sobre todo los
viernes de cine independiente, los sabados de bares oscuros y baratos porque yo
no trabajaba y usted era una actriz de ocasión, los domingos soleados, donde
cantaba el tal Silvio, ese que no me recuerda para nada que la he olvidado
aveces, que se cuela de colores verdes y blancos, con tatuajes en el hombro y
celos de la de Madrid que te compartia para que te bajases de aquella alfombra
que no vuela. Ahora yo, despues de tantos años me dado a la tarea de ir a
lugares extragnos, esos que usaba para impresionarte y adivina que? ahi , en
cada esquina, en cada luz de neon y humo en la acera, en cada botella de vino que
amarran mis costillas, ahi canta Silvio, entonces yo,
aunque pude un dia, no he querido olvidarte.
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